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Hospitalidad

  

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Hospitalidad tiene una historia antigua y es una tradición que pertenece a todos los pueblos del mundo. Cada pueblo tiene tradiciones de hospitalidad e ir de huésped. 
La hospitalidad cuyas raíces llegan al período de sociedad primitiva se hacía a los hombres retrasados de su tribu, a los viajeros perdidos y a los que necesitaban pasar noche y la defensa. Antiguos tiempos cada hombre llegado a la tribu se recibía respetuosamente como el mensajero de nuevas noticias. 

Tradiciones de hospitalidad
El pueblo de Azerbaiyán también ha tenido desde antiguos tiempos tradiciones de hospitalidad muy interesantes e instructivas. Estas tradiciones están continuándose actualmente también. Nuestro pueblo siempre ha sido muy moderado, atento y cuidadoso contra el huésped. 
Las “casas de ayuda” construidas para los perdidos en las montañas, viajeros llegadas tarde o caminantes han alcanzado a nuestro tiempo como la memoria de antiguos tiempos. Es el otro fenómeno de la hospitalidad también. Nuestro pueblo ha respetado al huésped no sólo en su casa, sino lo ha refugiado cuando estaba en campo. 
Antes en Azerbaiyán habían unas formas de la tradición de recibir a los huéspedes respetuosos y queridos. La gente se reunía al lugar definido para recibir al huésped. Se apartaban en dos grupos, en uno de los grupos iban  ancianos. Ellos llevaban en la mano bandeja con velo rojo (el ejemplo del velo para la bandeja existe en el Fondo de etnografía del Museo Histórico de Azerbaiyán) en que había un pan de horno nacional cosido en la forma circular y cuya encima había dibujo especial o torta con sal, espejo, sorbete  y agua de azahar en jarro. El segundo grupo compuesto de estadistas seguía junto con  músicos, cantantes y ashuges no lejos del primer grupo. Los que reciben al huésped se visten vestidos nacionales. Ellos acompañan al huésped bajo la música, le dan sorbete, pan y sal y siembran flores y agua de azahar debajo de sus pies. Al entrar en la aldea cubren el suelo con alfombras de Gubá, Karabaj, Shirván adornadas con dibujos nacionales, encime de ellas ponen brocado.
En la otra regla, hasta la entrada del huésped en la ciudad o aldea un joven corpulento sacrifica un carnero o toro cuyo cuerno o cuello atado con la banda o tela  roja. Su sangre se derrama debajo del pie del huésped, él moja la mano con la sangre y pasa sobre del sacrificio. La carne de carnero o toro se distribuye entre los pobres. Después el huésped pasa entre de la fila de 40 chicas quienes tienen en la mano azafate en que hay frutas y todos le dicen: “Bienvenido”. A los caminos ponen ramas de sauce, siembran flores y cubren el suelo con alfombras.

Habían unas reglas aceptadas de dar comida a huéspedes. En Azerbaiyán la comida muy conveniente para los huéspedes se considera “tike” y “doyme” kabab de la carne de carnero y plov.  Pero éstos se dan a la mesa con otras comidas y bebidas no alcohólicas. Antes de la comida un joven vierte agua para que los huéspedes laven las manos, luego a la mesa se da té fuerte, limón, confitura y después la comida. Por la tradición, poner todas las comidas a la mesa al mismo tiempo es impolítico, hay que dar por turno. Para que el huésped duerme lo llevan al dormitorio especial. Por propósito,  notemos que en Azerbaiyán en las familias ricas al huésped lo llevan a belvedere. El belvedere se construye encima de la puerta de patio para que al entrar en el patio el huésped suba a su habitación y no vea la familia del dueño. En las habitaciones de huésped hay unas camas suplementarias y esto es uno de los factores que demuestra la hospitalidad de nuestro pueblo.



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